R2018/02

Realizar un retrato siempre es un reto complicado. No siempre es sencillo llegar al ansiado parecido o al menos, tratar de encontrar esa expresión del rostro que nos ha hecho decidirnos por esa imagen y no por otra pero, …
Una vez que tenemos esbozada la idea de los que será la efigie, surgen nuestras dudas, ¿tendré que pintar todas esas botellas que se encuentran trás la barra del bar? o quizá ¿todas esas cabezas de los invitados que se encontraban en el bautizo?.

La respuesta a las interrogantes anteriores parece sencilla: – NO. Eso es mucho trabajo!.

Pero si en lugar de eso nos encontramos con una planta verde oscuro tan “sencilla” de pintar. En esta si caemos. ¿Porqué no?.

A mi juicio, el retrato no es tan solo una cabeza que adquiere un parecido exquisito, es algo más. Debería de ser una obra que en conjunto comunique, nos explique quién es esa persona, qué nos está contando y porqué hemos llegado a retratarla.

La figura es, sin lugar a dudas lo más importante, pero no lo es todo. El fondo aquí adquiere un papel importantísimo.
Con todo esto llego a la obra del fotografo Bruce Gilden, fantástico retratista con proyectos interesantísimos. En la que destaco la serie «Wall Portraits (Ongoing)« en la que retrata a unas personas de Colombia que contrasta sus rasgos sobre una pared. En algunos casos es el color y en otros la textura la cual controla para generar una serie de contrastes arriesgados pero comunes en la obra de Gilden.

Ahora si, las obras de nuestros RetArtistas.

Según la imagen de Bruce Gilden.

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